¿Cómo hablar de mujer peruana en el Siglo XXI?
En primer lugar, remontándonos en la historia de nuestra Congregación, encontramos que un aspecto por el cual se hizo difícil su fundación era que Teresa era MUJER, como bien lo dice en Monseñor Scapardini, el problema es que era mujer y las mujeres son inconstantes.
Hoy, en pleno tiempo de revalorización de la mujer, que importante se hace aquel “genio femenino”, ese ímpetu en la entrega que la mujer tiene y con el que hace grandes cosas. En Teresa podemos ver este “genio femenino” no solo en la Congregación que fundó, sino en la intención, en algún momento ella misma se pregunta en unos Apuntes Espirituales: ¿cuál es y ha sido tu vocación?…ese es el “genio femenino” de Teresa, ese ímpetu por realizar la voluntad de Dios, mas allá de ser Fundadora, superiora General por muchos años… es el buscar la Voluntad de Dios y realizarla.
Hay muchos pasajes de nuestra historia en los que Teresa, al estilo de San Ignacio, debe “Agere contra” sí, actuar en contra de su voluntad, pero porque percibe cual es la voluntad de Dios, es este el ímpetu de Teresa, dejar su voluntad para realizar, vivir la voluntad de Dios y más allá de ello, para hacer que “Dios esté contento”, como dijo a su confesor, el Padre Pablo Guzmán, antes de morir.
Pero, ser mujer en el siglo XXI para una mujer de la primera mitad del siglo XX ¿es posible? Sí, a través de sus hijas, ese ardor apostólico, esa delicadeza en la liturgia solo si nacen de la experiencia de conocer a Dios desde la Cruz, se hace testimonio continuado de que ser mujer es válido no por que asume “de todo” sino porque pone ardor en sus responsabilidades y ¿cuál es nuestra mayor responsabilidad? Es el dar a conocer que la Cruz es un instrumento válido, del cuál no hay que huir sino afrontar primero, para que, entendiendo que el sufrimiento amado y aceptado, conozcamos a Dios que, se nos da como IDEAL de vida absolutamente libre, MODELO de entrega obediente y AMOR puro a la humanidad; pero que tiene como base el mas certero y libre amor de Dios.
El siglo XXI con sus desafíos nos invita a volver la mirada hacia la Cruz y, no huir de ella, sino tomarla y aprovechar el ímpetu del “Genio Femenino” para que, con inteligencia y voluntad podamos encontrar a Dios en ella, y mas allá de ver sólo el sufrimiento, ver a dios que tiende la mano al mundo para enseñarle a amar como una madre ama a su hijo.
Rvda. Madre Alicia Tasayco Tasayco
Superiora General